jueves, 2 de octubre de 2014

El Zapatero de mi barrio

Al lado de la puerta de mi portal , en la calle Giuseppe Palumbo había un señor mayor,  muy mayor, con un negocio, de arreglo de zapatos. Parecía  simpático, trabajador y estoy seguro que tenía mil historias que contar, de esas que tienen más que ver con personas que con  sus zapatos y encima hacerlo de una manera agradable. No sé su nombre, ni su edad, ni porqué se dedicaba a arreglar la herramienta que acompaña a los pasos que tiene que dar la gente en su vida.

La verdad es que nunca me atreví a entrar, yo no calzo zapatos, y realmente, aunque lo que tenía era curiosidad, no quería que me contara su historia, sólo me hubiera gustado poder decirle: Signore, lei è bravo, y quizás, esperar a que sonriera. E irme para dejarle con su trabajo, con sus historias y sus zapatos


Pero me fui de allí, dejamos de ser vecinos,  dejé de ver cómo iba cada día a seguir con sus metas, con su negocio, incluso, con sus sueños, sin perder ni un ápice de esa ilusión que ni siquiera las arrugas pueden esconder en los ojos de la gente. Y, aún a veces, me acuerdo y sigo sonriendo, deseando que siga vivo para que un día si entre y no me arregle ningún zapato sino para que sepa a que un extraño, un extranjero al que no conoce,  ni sabe de su existencia le admiraba por ir cada día a hacer su trabajo: Que es zapatero...




lunes, 3 de febrero de 2014

Ni No Kuni, o toda la Magia de Studio Ghibli en tus manos.

 

¿Qué es el arte? ¿Qué es una buena historia? ¿Qué es una ambientación? ¿Cómo es un personaje inolvidable? Y ¿Uno entrañable?  ¿Qué es La imaginación? ¿Un cuento? ¿La magia? ¿Los sueños? … Realmente sería difícil de definir cualquiera de estas cosas y seguramente sería muy subjetivo, pero, a veces, no hace falta definir nada, simplemente disfrutarlo, y eso ocurre cuando encuentras un lugar en el que puedes disfrutar de todos estos elementos, y además, tú eres el protagonista ¿Qué más se puede pedir?


Normalmente si quieres encontrar todo esto te ibas a una película de Studio Ghibli porque nunca saldrías decepcionado. Algunas veces, te tocará más de cerca y otras menos las historias del maravilloso estudio Japonés, pero nadie puede negar el valor de todas y cada una de sus obras, ni la calidad artística e imaginativa que tienen. 

Pues bien en este caso no hablaré de una de sus películas galardonas y vanagloriadas en el mundo entero, sino de algo que sigue sin recibir el mérito y la importancia que tiene, pero que cada vez aglomera más talento en su producción: Un videojuego.




Hablar del Ni No Kuni y hacerle justicia es básicamente imposible, aunque hablara de los gráficos, el diseño de personajes y de escenarios, la música, la historia, el sistema de batallas etc… siempre se quedaría fuera el alma. Porque es mucho más que la suma de sus elementos.


Después de disfrutarlo más de 100 horas, sigo teniendo cosas que hacer y te siguen dando la oportunidad de volar, andar, navegar o incluso conducir por sus paisajes.

El color, la imaginación o la magia rebosan, inundando tus ojos y poniendo una sonrisa. Merece la pena encender y jugar con él sólo por su calidad visual, pero es que encima engancha y tiene misiones y objetivos para todos los gusto. Mención aparte tienen los únimos, unos animales/criaturas que iremos recolectando, alimentando y mejorando para que nos ayuden en combate. Además ponemos ponerles el nombre que queramos.
La banda sonora es muy adecuada a cada momento, temática o lugar en el que estemos. Está compuesta por Joe Hisaishi e interpretada por la Filarmónica de Tokio, lo que le da una calidad a todas las piezas que hará que, además de bonita, épica y dramática, sus melodías te acompañen a cualquier lado ya sea tarareándolas o escuchándolas con tus cascos de camino a cualquier parte. 


Personajes con carisma, algunos divertidos , otros odiosos y todos con una historia detrás.
De un juego del que he disfrutado más de un centenar de horas podría estar escribiendo páginas y páginas, pero es una de esas experiencias que tienes que probar, jugar y vivir por ti mismo.

Studio Ghibli lo ha vuelto a hacer, no entiende de formatos o de horas, sino de calidad y magia en cada uno de los miles de detalles que tiene.
No es una partida, es una experiencia, no es un videojuego es una obra de arte. Con vosotros Oliver y Ni No Kuni. Que nadie se lo pierda.