martes, 2 de junio de 2015

Todos necesitamos tener un Fan


Todos necesitamos tener un Fan porque la vida es bastante dura, es una montaña rusa donde algunas bajadas dan bastante miedo y te preguntas si volverás a subir.

Algunos pensarán que las personas a las que no le han dado un palo en su vida y/o se lo han dado, pero después les ha ido tan bien que luego no se acuerdan o no quieren acordarse de cuando les fue mal, quizás no lo necesiten, pero yo digo que sí, estoy seguro de que sí. Ya si encima te dedicas a algo creativo o que dependa de la subjetividad de las opiniones pues, ni te cuento, lo importante que es tener un Fan.

Pero claro no vale cualquiera, sino sería demasiado sencillo, todos tendríamos uno y como he dicho al principio en la vida nada es sencillo, y las cosas necesarias menos.Por lo tanto tu abuela no vale, (en mi caso hubiera sido imposible porque tuve la mala suerte de que se fueron demasiado pronto). Tampoco valen tus padres, quizás valdría un hermano pero no pequeño (no lo podemos confundir con admiración) de hecho un Fan no es un admirador es algo mucho más profundo y con más compromiso.Tampoco, y repito, tampoco, vale tu pareja, no lo siento, y no pongas esa cara. ¿Por qué? Primero porque no suele haber objetividad y cuando ésta llega suele significar que ya no es tu pareja y, por supuesto, no es tu Fan. Y esto me lleva a la segunda y verdadera razón, hay un matiz de temporalidad y situación, por lo que es inestable, y un Fan lo es por encima del bien y del mal y del espacio y el tiempo, no puede haber variables, sino, así, no es porque sientas que lo vales, sino porque las circunstancias hacen que sea Fan en ese momento.Entonces ¿Quién queda? ¿amigos? Sí pero con muchos matices.

Lo primero, no puede ser un amigo de la infancia, ya que para él nunca cambiarás y siempre pensará que eres la misma persona que conoció: puedes irte a vivir a 5 países, hacer mil cursos, interactuar con gente interesante y líderes en sus campos o ser reconocido en lo que haces, que para él, tú siempre serás el mismo con el San Benito que te colgara en su momento cuando ni siquiera elegías tu ropa.


Amigos de fiesta, tampoco. Con ellos nunca has tenido una verdadera conversación profunda e interesante, eso sí, fotos descontextualizadas y poco artísticas en las que has sido etiquetados tendrás para aburrir. Incluso, cuando te apoyan suele ser que dan positivo en exaltación de la amistad en sangre.Sigamos,  creo que tampoco suele ser un amigo al que ves a diario ni mucho en general ¿El motivo?Primero porque pierde perspectiva, y cuando tu Fan tiene perspectiva para ti eso le da credibilidad a su apoyo. Además, no debe ser sano tener a un Fan todos los días al lado, debe hasta causar hastío y creo que además dejarías de creerle, por no hablar de que pueda dejar de serlo porque no soporta tener que demostrarlo cada día…

Y ¿los desconocidos? Sí, todos de vez en cuando nos hemos encontrado con un/a desconocido/a que, no sabes porqué, se vuelve súper Fan, pero no es un Fan de verdad, porque no está la parte mala de conocerte, hay un nivel de idealismo que no es real y luego con el trato, más contacto contigo y más información, cambia todo, como si tuvieras que demostrarle algo a esa persona. Quizás eso más que un fan es un follower, hoy te sigo por esto, mañana…¿Entonces? Sí, hay Fans, pero son tan raros, tan especiales que si encuentras uno eres un auténtico afortunado.

¿Qué cómo es un/a auténtico Fan? Para mí, uno de verdad, de los que cuentan, es una persona desconocida que te encuentras por casualidad, entonces no tiene ninguna idea preconcebida, no le importa mucho lo que haces o a qué te dedicas, pero en cambio se fija en cómo eres y entonces sin llamarlo así empieza a ser tu amiga y tú de esa persona, no forma parte de tu día a día, pero sí termina formando parte de tu vida, orbita por ahí y lo ve todo con perspectiva, de vez en cuando os cruzáis, no te juzga ni te idealiza porque ya te conoce, ya vio cómo eras cuando os conocisteis, ve tus defectos como parte del conjunto, no como algo que estropee tu manera de ser o rompa la magia sobre la idea que tiene de ti, por lo que es Fan para lo bueno, lo malo y lo regular porque siempre prima lo bueno, por eso es Fan, no porque no conozca esa parte sino porque la conoce y sigue estando ahí.


Es difícil y es muy complicado, pero todos necesitamos tener, al menos, un Fan, que te diga las cosas cómo son pero siempre valorándote, que te anime con argumentos que se cree ella misma y no que se inventa para intentar hacerte sentir mejor.


Yo tengo esa inmensa suerte, la de tener un Fan, en mi caso una Fan, que pondría la mano en el fuego por mí siempre. No, no nos vemos casi nunca pero me conoce y me ha visto tal y cómo soy, y ahí sigue…  No depende de factores como la música que me gusta, si le gustan las obras que hago o si vivo en Roma, Nueva York o Sevilla… es una Fan y quiero agradecérselo porque ella sabe que lo es, pero no sabe lo que se lo agradezco.




GRAZIE MILLE JOVEN. 

jueves, 2 de octubre de 2014

El Zapatero de mi barrio

Al lado de la puerta de mi portal , en la calle Giuseppe Palumbo había un señor mayor,  muy mayor, con un negocio, de arreglo de zapatos. Parecía  simpático, trabajador y estoy seguro que tenía mil historias que contar, de esas que tienen más que ver con personas que con  sus zapatos y encima hacerlo de una manera agradable. No sé su nombre, ni su edad, ni porqué se dedicaba a arreglar la herramienta que acompaña a los pasos que tiene que dar la gente en su vida.

La verdad es que nunca me atreví a entrar, yo no calzo zapatos, y realmente, aunque lo que tenía era curiosidad, no quería que me contara su historia, sólo me hubiera gustado poder decirle: Signore, lei è bravo, y quizás, esperar a que sonriera. E irme para dejarle con su trabajo, con sus historias y sus zapatos


Pero me fui de allí, dejamos de ser vecinos,  dejé de ver cómo iba cada día a seguir con sus metas, con su negocio, incluso, con sus sueños, sin perder ni un ápice de esa ilusión que ni siquiera las arrugas pueden esconder en los ojos de la gente. Y, aún a veces, me acuerdo y sigo sonriendo, deseando que siga vivo para que un día si entre y no me arregle ningún zapato sino para que sepa a que un extraño, un extranjero al que no conoce,  ni sabe de su existencia le admiraba por ir cada día a hacer su trabajo: Que es zapatero...




lunes, 3 de febrero de 2014

Ni No Kuni, o toda la Magia de Studio Ghibli en tus manos.

 

¿Qué es el arte? ¿Qué es una buena historia? ¿Qué es una ambientación? ¿Cómo es un personaje inolvidable? Y ¿Uno entrañable?  ¿Qué es La imaginación? ¿Un cuento? ¿La magia? ¿Los sueños? … Realmente sería difícil de definir cualquiera de estas cosas y seguramente sería muy subjetivo, pero, a veces, no hace falta definir nada, simplemente disfrutarlo, y eso ocurre cuando encuentras un lugar en el que puedes disfrutar de todos estos elementos, y además, tú eres el protagonista ¿Qué más se puede pedir?


Normalmente si quieres encontrar todo esto te ibas a una película de Studio Ghibli porque nunca saldrías decepcionado. Algunas veces, te tocará más de cerca y otras menos las historias del maravilloso estudio Japonés, pero nadie puede negar el valor de todas y cada una de sus obras, ni la calidad artística e imaginativa que tienen. 

Pues bien en este caso no hablaré de una de sus películas galardonas y vanagloriadas en el mundo entero, sino de algo que sigue sin recibir el mérito y la importancia que tiene, pero que cada vez aglomera más talento en su producción: Un videojuego.




Hablar del Ni No Kuni y hacerle justicia es básicamente imposible, aunque hablara de los gráficos, el diseño de personajes y de escenarios, la música, la historia, el sistema de batallas etc… siempre se quedaría fuera el alma. Porque es mucho más que la suma de sus elementos.


Después de disfrutarlo más de 100 horas, sigo teniendo cosas que hacer y te siguen dando la oportunidad de volar, andar, navegar o incluso conducir por sus paisajes.

El color, la imaginación o la magia rebosan, inundando tus ojos y poniendo una sonrisa. Merece la pena encender y jugar con él sólo por su calidad visual, pero es que encima engancha y tiene misiones y objetivos para todos los gusto. Mención aparte tienen los únimos, unos animales/criaturas que iremos recolectando, alimentando y mejorando para que nos ayuden en combate. Además ponemos ponerles el nombre que queramos.
La banda sonora es muy adecuada a cada momento, temática o lugar en el que estemos. Está compuesta por Joe Hisaishi e interpretada por la Filarmónica de Tokio, lo que le da una calidad a todas las piezas que hará que, además de bonita, épica y dramática, sus melodías te acompañen a cualquier lado ya sea tarareándolas o escuchándolas con tus cascos de camino a cualquier parte. 


Personajes con carisma, algunos divertidos , otros odiosos y todos con una historia detrás.
De un juego del que he disfrutado más de un centenar de horas podría estar escribiendo páginas y páginas, pero es una de esas experiencias que tienes que probar, jugar y vivir por ti mismo.

Studio Ghibli lo ha vuelto a hacer, no entiende de formatos o de horas, sino de calidad y magia en cada uno de los miles de detalles que tiene.
No es una partida, es una experiencia, no es un videojuego es una obra de arte. Con vosotros Oliver y Ni No Kuni. Que nadie se lo pierda.




miércoles, 1 de mayo de 2013

EL DÍA DEL TRABAJADOR JUNTO A ENNIO MORRICONE Y SUBSONICA

De todo lo que viví en Roma podría escribir y escribir entradas. Viví anécdotas, experiencias, historias y sensaciones que me acompañaran el resto de mi vida. Pero fueron tantas cosas y sobre todo, lo echo tanto de menos, que aún se me hace muy difícil escribir sobre ello.

Ha dado la casualidad de que ha sido 1 de Mayo y me he acordado del día del trabajador que pasé en la ciudad eterna. Y, aunque no pensaba que esta fuera la primera entrada que iba a hacer, me parece una buena oportunidad para romper el hielo y sacar una sonrisa al escribir mientras una lágrima se me salta. 

La verdad es que todo fue muy especial. Nada más bajarnos en Re di Roma (una parada también especial para mí por el 3D pero eso es otra historia), ya se notaba el ambiente. Parecía que estuviéramos en un festival de música por el que hubiéramos pagado. Para mí el gran reclamo para ir era ver en directo a Ennio Morricone, il bravo Ennio, un compositor que deseaba ver en directo (y quiero volver a ver). 

El marco, incomparable, cosa bastante sencilla en una ciudad como Roma donde cada rincón es mágico. En este caso fue en la plaza de San Giovanni.

Quizás tuve mucha suerte, y como otras muchas cosas el hecho de que fuera el 150 aniversario de la unificación de Italia, o sea el 150 aniversario del país que conocemos actualmente, no fue un año más. Ennio no estaba allí para deleitarnos con una orquesta que interpretara una de las multiples bandas sonoras que han quedado para la historia del cine, sino para interpretar y conducir el Himno de Italia. 

Estar en otro país y ver a la gente disfrutar de una fiesta de esa manera y saber que era especial para cada uno de los allí presente fue muy bonito. Y si queréis poder intuir o imaginar lo que significó estar allí en aquel instante, aquí un video de uno de los momentos más emocionantes de aquel bel giorno.




Pero no sería lo único que recordaría, también pude ver en directo y conocer a una de las bandas más populares del rock italiano. Además terminó siendo uno de los grandes descubrimientos musicales que hice en mi vida romana y que aún me acompaña en mi lista de reproducción diaria: Subsonica.



 
Sin duda un día y una experiencia que no olvidaré jamás.