Eran las 5 de la mañana de un día de Septiembre de 1999 y mi madre, mi hermano y yo, ya estábamos en planta y dispuestos para encontrar un piso en Málaga, a unos 202 kilómetros de la calle Céfiro nº4 donde hasta entonces había vivido. El motivo era que allí, pocos días después, yo comenzaría la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas en la Facultad de Ciencias de la Información.
Conduje unas dos horas mi Peugeot 205 blanco hasta llegar a la que sería mi nueva ciudad durante los siguientes tres años. Aparqué cerca del puerto y nos pusimos manos a la obra para intentar ver todos los inmuebles en alquiler que pudiéramos en un día.
Finalmente me encantó uno en el mismísimo centro (como casi siempre) detrás de la Casa Picasso, en la Plaza de la Merced. Concretamente en la calle del Conde de Cienfuegos y allí comenzaría una etapa inolvidable de mi vida. Luego pasaría los dos años siguientes más cerca de la Facultad, por Teatinos , (cuando no era ni la mitad de lo que es ahora), en la calle Hermes.
Plaza de la Merced de Málaga
Antes de esta experiencia sólo recuerdo que hubiera ido dos veces a Málaga, una a ver los Reyes Magos de pequeño y la otra creo que con doce años, que estuvimos por el centro, cerca de donde viviría el primer año.
Pero desde que llegué allí en 1999 sólo tengo buenos recuerdos: conocí a gente maravillosa que aún siguen siendo mis amigos, y que sé que seguirán siéndolo siempre, aunque algunos estén en Londres, Tres Cantos, sigan en Málaga o dependan de donde les toque dar clases ese año. También acabe la carrera en 3 años como me propuse, disfrute muchísimo, descubrí cosas y fui muy feliz, pero sobretodo por la gente que conocí. Sólo tengo la espina de no haberme podido ir con ellos de viaje de fin de carrera, precisamente por acabar la carrera antes.
La Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga
Años después he seguido yendo con cierta regularidad : en Feria, San Juan, ocasiones especiales y cuando he podido, porque siempre me han recibido con los brazos abiertos.
Recuerdo, por ejemplo, mi primera noche de San Juan en Málaga, en 2004, que acababa de enterarme de mi primer Finalista en el Festival de Cannes de Publicidad y nunca olvidaré como todos mis amigos, que habían sido compañeros de clase, se alegraban de verdad por mí, e, incluso le daban más importancia que yo. Es muy complicado encontrarte con alguna persona que se alegre por las cosas buenas que te pasan y yo tuve la fortuna de encontrarme bastantes, que han estado en lo bueno, en lo malo y de nuevo en lo bueno y siempre se lo agradeceré.
El penúltimo buen recuerdo de Málaga lo tengo de Junio de 2010 cuando en el Certamen de Cortometrajes Andaluces de la Diputación de Málaga, recibí el Premio RTVA con mi segundo cortometraje “The Note” “La Nota”. Fue emocionante, era el primer premio de los que había recibido que pude ir a recoger y me sentí en cierta manera, como profeta en mi tierra, me sentí reconocido entre los míos.
Aquí estoy con el Premio RTVA por "The Note/La Nota" en mis manos justo después de recibirlo.
Este año, el 5 de Marzo pasado, he tenido otro penúltimo buen momento en esta ciudad que tanto me ha dado, recibiendo de nuevo el Premio RTVA en el Certamen de Cortometrajes Andaluces de la Diputación de Málaga, en este caso por mi tercer cortometraje “La Cinta”, mi trabajo más personal y en el que más tiempo he dedicado hasta el momento.
Foto de los ganadores de la edición de 2011 del Certamen de Cortometrajes Andaluces de la Diputación de Málaga.
Una vez me sentí como si nunca me hubiera ido, como si en esa ciudad abierta al mar, abierta de mentalidad, donde he vivido tantas cosas y he conocido a tanta gente que merece la pena, me dijera que allí siempre tendré un hueco, un lugar al que acudir, un faro que me ayude a llegar a mi destino y por eso siempre le estaré agradecido. Espero volver pronto.